Cómo aplicar correctamente una mascarilla

Las mascarillas faciales son compañeras inseparables de las cremas hidratantes. Pero ¿sabes cómo se deben aplicar para que funcionen? Aquí te lo contamos.

Hasta no hace mucho tiempo, el tema de la limpieza facial era un mundo desconocido por explorar. Con un poco de agua y un jabón neutro, era suficiente para borrar los restos del día a día en la piel. O eso pensábamos. Porque, poco a poco, los expertos fueron descubriendo las bondades y la importancia de los tónicos, las cremas, los sérums y demás productos cosméticos especialmente recomendados para la limpieza y el cuidado de la piel. Hoy en día, no hay crema hidratante reparadora que cumpla al 100% sus funciones sin una buena limpieza previa o sin el complemento de una mascarilla facial. ¿Las utilizas habitualmente? ¿Sabes cómo aplicarlas para sacarles el máximo partido?

Mascarillas para la cara: usos y recomendaciones básicos

Para limpiar los poros, para conseguir un extra de hidratación, para nutrir la dermis… Los objetivos de los diferentes productos de belleza, entre los que encontramos las mascarillas faciales, pueden ser muy variados. Pero tan importante es la meta como el recorrido. Es decir, es imprescindible que elijas el cosmético según la finalidad que buscas, pero también que sepas el camino que debes seguir para conseguirla.

Seguir los consejos de los dermatólogos es un buen comienzo. Pero, en el caso concreto de las mascarillas, estos son los pasos básicos que debes seguir para que funcione:

  • Piel limpia y pelo recogido. Parece un primer paso evidente, pero no siempre se cumple. Antes de utilizar una mascarilla facial es fundamental que el rostro esté libre de cosméticos (ni maquillaje ni cremas) y las manos recién lavadas. Por eso, siempre se suele aplicar después de la rutina de limpieza diaria básica. En cuanto al pelo, mejor retirarlo hacia atrás, para que ningún mechón se lleve parte del producto.
  • Suaves movimientos circulares. Aplica la mascarilla con un delicado masaje y sin frotar por toda la cara, salvo en la zona del contorno de ojos y los párpados (las más sensibles y delicadas). Lo ideal es comenzar por la frente y zona T, continuar por los pómulos y terminar en la barbilla.
  • Tiempo de calma y relajación. Para que la mascarilla cumpla su función, utilízala solo cuando tengas tiempo libre. Los expertos recomiendan dejarlas actuar de 10 a 20 minutos, mientras el rostro y el resto del cuerpo permanecen relajados.
  • Aclarado con agua tibia. En cuanto haya pasado el tiempo reglamentario, utiliza una toalla húmeda para retirar la mascarilla facial y cierra el proceso con un último aclarado de agua tibia (por si quedase algún resto).
  • Crema hidratante regeneradora. Las mascarillas faciales son una parte del todo. Por ello, su aplicación debe ir acompañada del toque final: la hidratación. Busca una crema adaptada a tu tipo de piel y con propiedades humectantes y regeneradoras y, a la mañana siguiente, tu rostro rozará la perfección.

 

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