¿Qué es el pH de la piel y cuál es su valor ideal?

Geles corporales, cremas hidratantes, jabones de manos, cosméticos… Estos y otros productos de higiene y cuidado corporal han utilizado la consigna “respeto del pH de la piel” en la mayor parte de sus reclamos publicitarios. Y lo han conseguido. Han convencido y aleccionado a los consumidores para que busquen esta característica en todos los productos de belleza que adquieran. El problema es que no todos saben qué están buscando en realidad. Y tú ¿sabes qué es el pH de la piel y por qué debemos cuidarlo?

La estructura de la piel y la importancia del pH natural

La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano y su importancia es innegable. Anteriormente, hablábamos de su estructura y de sus funciones de protección del organismo frente a los agentes externos. Pero, en sí misma, también necesita garantizar unos niveles de defensa suficientes para mantenerse firme, joven y saludable. Uno de los valores que permiten controlar ese equilibrio es el pH (potencial de hidrógeno) que no es más que la medida de la acidez o la alcalinidad de una sustancia.

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El “manto ácido”, ubicado entre la epidermis y la dermis, es el que proporciona el pH de la piel y lo sitúa por debajo del valor 7 (nivel neutro). Dermatólogos y especialistas cosméticos, entre ellos, la farmacéutica creadora de la marca Bioxán, Ana Victoria Ugidos, explican que el pH de la piel debe oscilar entre el 4’5 y el 5’9. De ahí, que lo consideremos ácido (de 0 a 6) y no alcalino (de 8 a 14). Aun así, sus niveles pueden variar un poco dependiendo del sexo, la edad o la zona del cuerpo que se tenga en cuenta.

¿Por qué es tan importante el pH de la piel y cómo podemos protegerlo?

Ahora que ya conocemos cuál es el pH de la piel, estamos en disposición de mantenerlo equilibrado. Y es que, su función protectora frente a los agentes externos solo está asegurada con los niveles de acidez estipulados. Si el pH de la piel aumenta hasta alcanzar valores alcalinos, la piel se deshidrata, se vuelve sensible y queda más expuesta a infecciones o enfermedades diversas.

Para evitar estos desequilibrios en el “manto ácido” de la piel y proteger el pH de la piel, debemos seguir una serie de consejos:

  • No pecar ni por exceso ni por defecto con las rutinas de limpieza. Tanto la falta de higiene como el abuso de jabones o demás productos de higiene pueden desequilibrar el pH natural de la piel.
  • Evitar los productos cosméticos alcalinos (con un pH por encima de 8)
  • No abusar de productos químicos (por ejemplo, los tintes para el pelo)

 

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