Chocolate y belleza: una pareja bien avenida

Hemos luchado a diario contra el deseo irrefrenable de devorar una onza de chocolate y, ahora, descubrimos que es un buen aliado de belleza. ¿Sabes por qué?

Muy pocas personas se resisten a la atrayente llamada de una onza de chocolate. No importa su composición o su presentación, siempre que este milenario alimento se encuentra al alcance de la mano [y de la vista] acelera la actividad de las papilas gustativas y aumenta la respuesta cerebral.

Solo hay dos posibilidades: satisfacer la necesidad incontenible de comernos ese trozo de chocolate o salir corriendo para evitar caer en la tentación. ¿Y si te diésemos la excusa perfecta para que comas este dulce capricho sin remordimientos? El chocolate es bueno para la piel y te lo demostramos.

Chocolate: un superalimento para la piel

Durante años, nos han hecho creer en un gran número de mitos relacionados con el chocolate por los que hemos llegado a desearlo y odiarlo a partes iguales. Le han responsabilizado de la aparición de acné, caries o migrañas, de boicotear las dietas para pérdida de peso, de provocar adicción o, incluso, de aumentar los niveles de colesterol. Y, ahora, podemos decir que ninguna de estas leyendas son ciertas. Al menos, si lo consumimos de manera responsable y controlada.

Llevamos nuestra defensa de este irresistible alimento mucho más allá y revisamos la estrecha relación entre el chocolate y la belleza. La composición de las onzas más puras (a partir del 70% de cacao) lo convierte en el aliado perfecto de cualquier rutina de cuidado cutáneo.

Antes de rechazar un trozo, ten en cuenta estos beneficios del chocolate negro en la piel:

  • Poder rejuvenecedor. La clave está en su alto contenido en antioxidantes, que frenan la acción de los radicales libres en las células de la dermis. Si incluyes chocolate puro (al menos, con un 70% de cacao) a tu dieta, tu piel estará visiblemente más tonificada, firme y suave. Por eso, lo incluimos como uno de los alimentos imprescindibles para lucir más joven después de los 40.
  • Fotoprotección. Comer mucho chocolate no exime de utilizar una buena crema solar antes de salir de casa y de renovar su aplicación a lo largo del día. Pero sí ayuda a preparar la piel frente a una nueva exposición a los rayos UV.
  • Plus de hidratación. Calcio, fósforo, magnesio, potasio, vitaminas del grupo A y B… En una sola onza de chocolate puro podemos encontrar un gran número de elementos que permiten mantener la piel bien nutrida y, sobre todo, hidratada. Las cremas hidratantes siguen siendo necesarias pero, con este alimento, la dermis recibe una dosis extra para controlar sus niveles de agua.
  • Coraza contra el estrés. El cansancio, el nerviosismo, la fatiga o la tensión tienen efectos inmediatos en la piel de todo el cuerpo (sobre todo, en la del rostro). El chocolate ayuda a suavizar los signos del estrés en la dermis aportando un toque de luminosidad mágico.

¿Necesitas más razones para saborear esa onza de chocolate?

 

 

 

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