Los efectos negativos del sol en la piel nos han llevado a demonizarlo y encarar sus rayos con todo tipo de recursos. Sin embargo, el astro rey también tiene beneficios sobre el organismo que no siempre se tienen en cuenta. Lo importante es entender que los extremos no son buenos: hay que encontrar el equilibrio entre la correcta exposición a la luz natural y la protección/prevención de sus efectos nocivos.
Analizamos los pros y contras de la acción directa del sol sobre la piel y sobre la salud general del cuerpo.
Los beneficios del sol en el organismo
El hombre necesita el sol para desarrollar sus actividades diarias y para mantenerse sano, feliz y psicológicamente estable. No lo decimos nosotros, lo ponen de manifiesto diversos estudios centrados en el Trastorno Afectivo Estacional (o depresión invernal). Según los investigadores, las personas que viven largos inviernos, con menos horas de luz natural, tienen una mayor predisposición a padecer tristeza, desesperanza, pesimismo, insomnio… En cuanto el sol vuelve a hacer acto de presencia en su vida, durante los días más largos, recuperan el dinamismo y la felicidad.
Con esta base científica, podríamos destacar como principales beneficios del sol para la salud los siguientes:
- Vitamina D, la vitamina del sol. Una exposición de entre 10 y 15 minutos al día favorece la asimilación de esta sustancia presente en muy pocos alimentos. Y precisamente, gracias a la Vitamina D, el cuerpo aumenta los niveles de calcio.
- Contribuye al control del colesterol. Durante el verano, comemos alimentos más saludables casi sin darnos cuenta para sobrellevar el calor (frutas y verduras frescas). Este detalle, junto con una mejor metabolización del colesterol gracias a la influencia del sol, ayuda a reducir los niveles del “malo”.
- Fortalece el sistema inmunológico. Aumenta el número de glóbulos blancos y, con ello, mejora el tono muscular, la respiración, la salud cardiovascular…
- Disminuye la presión arterial. El astro hace que los vasos sanguíneos se dilaten y mejore la circulación. Aun así, hay que tener cuidado. Una exposición prolongada a los rayos UV pueden tener un efecto totalmente contraproducente y provocar lipotimias, bajadas de tensión…
- Mejora el estado de la piel. Una exposición moderada y correcta al sol, también influye en la recuperación de las pieles con acné, ictericia, psoriasis…
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A pesar de todos estos beneficios del sol en la piel, el astro rey también tiene efectos negativos que van más allá de las quemaduras de la piel: alergias, envejecimiento prematuro de la piel, melanoma, trastornos de la vista… Como consecuencia, para sacarle todo el partido a los primeros y reducir la influencia de los segundos es importante tomar el sol con moderación, no olvidarse nunca del protector (ni en días nublados), utilizar gafas opacas, evitar las horas de máxima exposición… ¡Toma nota para este verano!