Frutas de color naranja sobre un fondo blanco como ingredientes alternativos a la vitamina C para pieles sensibles

3 alternativas a la vitamina C para pieles extra sensibles

La vitamina C se ha convertido en uno de los ingredientes más poderosos de la cosmética y, en consecuencia, en un efectivo principio activo básico recomendado en cualquier rutina de cuidado de la piel. Pero, a pesar de presentarse como un activo milagroso, no siempre es tan bueno para aquellas personas con piel extra sensible. Por suerte, hay alternativas que cumplen funciones similares.

Beneficios de la vitamina C en cosmética

La piel está en contacto permanente con el exterior, y por tanto expuesta a todo tipo de agresiones, por lo que es necesario protegerla para mantener su salud. La vitamina C es un potente antioxidante que refuerza las defensas de la piel y reduce los efectos de los radicales libres, los principales causantes del envejecimiento celular.

Y no solo eso, sino que el papel de este ingrediente a la hora de estimular la formación de colágeno, una proteína esencial para mantener la elasticidad y tersura de la piel, es también una de sus fortalezas.

Además, la vitamina C actúa como reparadora de la piel, ayuda a reducir las manchas y aporta un brillo y una luminosidad inigualables, siendo las siguientes sus principales propiedades:

  • Disminuye la fototoxicidad cutánea de los rayos UVA y UVB, lo que previene el envejecimiento de las células.
  • Posee un alto poder regenerante y reparador y mantiene la hidratación de la piel.
  • Mejora el aspecto y la luminosidad de la tez gracias a sus efectos despigmentates.
  • Posee efectos balsámicos y antiinflamatorios.

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¿Es apta la vitamina C para todo tipo de pieles?

A pesar de la larga lista de beneficios de la vitamina C, este poderoso ingrediente rejuvenecedor no es igual de efectivo para todas las pieles, especialmente para aquellas más sensibles.

Las reacciones alérgicas a productos que contienen este activo pueden resultar en rojeces y picazón después de su aplicación. Aunque, por lo general, estas reacciones se dan cuando el compuesto se da en grandes cantidades.

En ocasiones, si se tiene una piel reactiva, problemas de hipersensibilidad, o alergia a los ingredientes de los que deriva la vitamina (los cítricos, por ejemplo), puede resultar difícil de tolerar.

La buena noticia es que, aunque la vitamina C es el ingrediente estándar en lo que respecta a la defensa de la piel y el efecto antienvejecimiento, hay otros ingredientes activos que pueden ofrecer los mismos beneficios para mejorar el estado de las pieles extra sensibles.

Las mejores alternativas a la vitamina C para pieles sensibles

Lo ideal siempre es consultar con un dermatólogo para conocer los ingredientes compatibles y efectivos con cada tipo de piel, porque cada piel es un mundo; pero, como afirma el dicho popular, el saber no ocupa lugar. Por eso hacemos una recopilación de aquellos que merece la pena conocer.

1. Niacinamida

Para quienes buscan algo más suave que la vitamina C, la niacinamida, un derivado de la vitamina B3, es una gran alternativa ya que mejora la barrera cutánea, las arrugas, la pigmentación y la elasticidad de la piel.

Al igual que la vitamina C, es un potente antioxidante capaz de neutralizar el daño producido por la acción de los radicales libres, revitalizar el tono opaco, iluminar la piel y difuminar las finas líneas de expresión.

Además, la niacinamida no suele dar problemas a la hora de combinarla con otros ingredientes que formen parte de la rutina de cuidados, por lo que la probabilidad de sufrir irritaciones es menor.

El plus de este ingrediente es que mantiene a raya los niveles de grasa y es efectivo contra el acné, por lo que es válido para pieles grasas, y también contiene propiedades antiedad.

En cualquier caso, aunque es recomendable para pieles sensibles, se debe introducir gradualmente y comenzar con el porcentaje más bajo para desarrollar tolerancia cutánea y que la dermis se vaya acostumbrando a ella.

2. Ginseng indio

La vitamina C siempre ha sido reconocida como el ingrediente por excelencia por su fotoprotección, es decir, la capacidad para proteger las capas superficiales de la piel de los efectos dañinos de los rayos UV. Pero en el día a día, esto no siempre es suficiente.

En la era digital en la que nos encontramos, hay un nuevo problema al que la piel se ve obligada a hacer frente, y es la luz emitida por las pantallas, que penetra más profundamente. Esta luz puede dañar a los fibroblastos (las células que mantienen la firmeza de la piel), y a las mitocondrias (la fuente de energía de las células cutáneas) y producir enrojecimiento, hinchazón e hiperpigmentación.

Pero el ginseng indio, también denominado Ashwagandha o cereza de invierno, no solo protege la piel de la contaminación digital, sino que aumenta la energía celular y la vitalidad de la tez, restaurándola por completo.

3. Carotenoides

Hay quienes, en lugar de la vitamina C, prefieren los carotenoides, presentes en especias como el azafrán o la cúrcuma, porque proporciona muchos beneficios y no tiene esos efectos secundarios.

Este compuesto botánico ayuda a reducir la inflamación y a aclarar y darle brillo a la piel, pero también funciona como agente fotoprotector.

Otro beneficio que cabe destacar es su estabilidad. A diferencia de la vitamina C, que se puede oxidar más rápidamente, los carotenoides permanecen activos y eficaces durante más tiempo, lo que implica que los productos que lo contienen pueden tener una vida más larga.

¿Conocías alguna de estas alternativas a la vitamina C y crees que podemos ampliar la lista? ¡Te leemos en redes sociales!

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