Mujer con ropa de invierno irritación en la piel por el frío

Irritación en la piel por el frío: ¿cómo actuar?

La piel es nuestro envoltorio más importante, es nuestra primera barrera defensiva y el espejo de lo que sucede en nuestro interior. Por eso no debemos pasar por alto las alteraciones que sufre en invierno, y más aún cuando vemos irritación en la piel.

Ahora que las temperaturas son tan bajas es importante saber cómo reacciona la piel ante el frío, cuáles son las consecuencias de no prestarle la debida atención y qué cuidados debemos tener con ella.

¿Cómo afecta el frío a la piel?

Las gélidas temperaturas propias del invierno hacen que, inevitablemente, nuestra piel sufra incluso más que en otras épocas del año. Con el frío se ralentiza la circulación sanguínea, la piel se deshidrata con más facilidad y el ciclo de renovación de células cutáneas es más lento, debilitando la función de la barrera hidrolipídica.

Entonces, ¿es este el motivo de la irritación de nuestra piel? Es probable que sí: las bajas temperaturas contraen los capilares, lo que dificulta la llegada de oxígeno, pero también reducen la secreción de células sebáceas, haciendo que la piel tenga menos grasa protectora y, en consecuencia, menos protección.

Todo ello da lugar a una piel más seca, con más retención de células epidérmicas muertas, enrojecida y más vulnerable. Es por eso por lo que son frecuentes los sabañones, los eccemas, la sequedad, las rojeces, los sarpullidos…

Incluso la irritación de la piel puede provocar urticaria por frío, una reacción que en la piel afectada se manifiesta mediante la aparición de ronchas rojizas que pican. Este es un problema bastante frecuente, especialmente en las personas con piel sensible.

Los problemas a los que se enfrenta la piel en invierno

Pero todas estas afecciones no son provocadas únicamente por las bajas temperaturas, sino que factores como las calefacciones a pleno rendimiento y el constante choque térmico entre el cálido ambiente interior y el frío exterior también son nocivos. Es decir, los principales enemigos del cutis en estas fechas.

Además, el roce de las bufandas, los cuellos altos y las solapas de los abrigos aportan su granito de arena haciendo que la piel irritada se vuelva todavía más sensible. En estas condiciones es habitual que las pieles muy secas que tienden a irritarse más de lo habitual se vuelvan más vulnerables.

Con todo ello, los problemas más importantes a los que se enfrenta la piel en invierno son tres:

  1. El aumento de la producción de radicales libres.
  2. La reducción en la producción de componentes estructurales básicos de la piel, como son el colágeno y la elastina.
  3. La creación de espacios entre los lípidos que forman la barrera cutánea, lo que acelera la deshidratación.

Proteger la piel del frío debe ser un objetivo. Aunque parezca que esta temporada nos está dando una tregua, las bajadas de las temperaturas por la noche, los cambios bruscos o el viento nos afectan. De hecho, si no la protegemos antes, durante y después del invierno, las consecuencias serán muy perjudiciales para nuestra salud.

Además, estas condiciones extremas pueden ser todavía más perjudiciales, porque cuando pasa el verano generalmente nos olvidamos de los filtros solares y dejamos que la radiación ultravioleta incida directamente sobre nuestra piel, dando lugar a una aparición mayor de manchas y arrugas.

Consejos para reducir la irritación de la piel por el frío

Para no sufrir estragos y ser capaces de proteger la piel de las inclemencias ambientales del invierno, es fundamental definir una regeneración personalizada y utilizar tratamientos revitalizantes que ayuden a reparar en profundidad y a prevenir el envejecimiento prematuro.

Hidratación constante

La deshidratación no solo perjudica al estado de la piel y el aspecto que luce, sino que también acentúa las patas de gallo (las bolsas y ojeras se incrementan por una mala circulación sanguínea).

Por tanto, una hidratación adecuada, abundante y frecuente ayudará a crear un “abrigo” que reduzca las consecuencias del frío. Para ello la mejor forma de hacerlo es apostar por una rutina tanto externa como interna. Beber mucha agua, toma alimentos ricos en vitaminas y antioxidantes y apostar por productos que hidraten el cutis.

  • Por la mañana es básico preparar la piel antes de exponerla a las bajas temperaturas, por lo que será esencial utilizar una crema regeneradora que ofrezca activos hidratantes, que proteja las células epidérmicas y que restablezca la función barrera.
  • La noche es el momento perfecto para ayudar a la piel a la regeneración. Lo primero es realizar una limpieza profunda y suave, y lo segundo es reparar la barrera cutánea aportándole al tejido una dosis extra de hidratación y activos regeneradores. Es muy recomendable completar la rutina de cuidados con mascarillas nutritivas una o dos veces en semana y cremas de noche para potenciar el proceso de regeneración nocturno.

Del mismo modo, no podemos olvidarnos de prestar a la fina piel de manos y pies la atención que merece, pues hablamos de las zonas más expuestas y que más sufren con el frío del invierno, especialmente si se tiene alguna dermatosis previa (piel sensible, piel atópica, dermatitis, rosácea, psoriasis…).

Con respecto a la piel de los labios, también excesivamente fina y delicada, un factor que influye negativamente es la mascarilla. La saliva se evapora en su interior y hace que la capa superior de los labios se reseque e incluso agriete, momento que aprovechamos para humedecerlos de nuevo. Para protegerlos es conveniente la aplicación constante de un bálsamo que ofrezca una protección duradera.

Limpieza en profundidad

Para mantener una piel sana en invierno es necesario limpiarla regularmente con productos que no irriten la piel, y se deben evitar las exfoliaciones agresivas que puedan resultar dañinas.

Además, hay que evitar en la medida de lo posible ducharse más de una vez al día, extender el tiempo del baño y el agua caliente. Todo ello aumenta la sequedad y deshidrata de la piel en exceso.

Fotoprotección

Para evitar manchas y arrugas debemos proteger el rostro de los rayos solares. No importa que sea invierno; aunque los días suelen ser nublados, los rayos ultravioletas inciden sobre la piel igual que en verano, por eso hay que optar por una crema con factor de protección solar antes de salir de casa. Llevar gafas de sol también puede ayudarte a protegerte, sobre todo en la piel de alrededor de los ojos, que es especialmente delicada y fina, y se arruga con más facilidad.

Ahora que sabes qué hacer en caso de sufrir irritación de la piel, ¡prepárate para el invierno y aprende a disfrutar de los beneficios del frío de la mano de Bioxán! Toda nuestra gama de productos está diseñada para ofrecerle a tu piel el cuidado que necesita en todas las épocas del año.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Usamos cookies para ofrecerte una mejor experiencia de navegación. Al navegar por este sitio web, aceptas el uso de cookies.