La piel es una de las grandes afectadas por los efectos del estrés, el nerviosismo, el cansancio… Con técnicas de belleza consciente, podemos paliarlos.
La belleza exterior es sinónimo de bienestar interior. Por esto decimos que nuestra piel es el reflejo más fiel de la salud y el equilibrio entre el cuerpo y la mente. Pero también es uno de los órganos que más sufre cuando se produce cualquier problema en nuestro sistema, desde enfermedades puntuales hasta desequilibrios más duraderos.
Para hacerse con el control, cada vez más personas prueban la belleza consciente o mindfulness para la piel, una práctica que ayuda a alcanzar un estado de paz y relajación interior más que saludable a nivel exterior. La conocemos.
✅ Los beneficios del mindfulness para la piel
El estrés es uno de esos trastornos que afectan a la piel desde el interior. Sus efectos tardan en hacerse visibles para la persona que lo sufre pero, hasta ese momento, le va afectando tanto a niveles físicos como psicológicos. El resultado, además de los desequilibrios sistémicos, se traduce en ojeras, piel apagada, inflamación, granos, piel reactiva… Según los expertos, todos ellos tienen los días contados gracias a la belleza consciente.
🧘♀️ Pero ¿qué es y en qué consiste exactamente esta práctica?
El mindfulness para la piel es una técnica de relajación basada en la meditación que ayuda a tomar conciencia de uno mismo, encontrar la paz interior y potencia los efectos de cualquier tratamiento de belleza que se utilice en los instantes posteriores. Estas son sus bases:
- Las técnicas de belleza consciente exigen la desconexión total del entorno. Se trata de un proceso en el que debemos tomar conciencia de nosotros mismos, de nuestra respiración y de nuestras necesidades para eliminar el estrés y alcanzar la felicidad. Por ello, es importante buscar un lugar en el que estemos relajados, sin distracciones, cómodos y seguros de nosotros mismos. Y, sobre todo, mostrar una disposición total para parar la rueda imparable de la rutina.
- En silencio o con estímulos que favorezcan la concentración, necesitamos alcanzar la relajación de la mente. En situaciones de máximo estrés, esto supondrá dejar de lado todos los pensamientos relacionados con la vida laboral o personal que estén provocando ese estado de angustia. Al principio, costará superar el proceso con éxito. Pero, con práctica, unos 15 minutos al día de mindfulness serán suficientes para conseguir resultados positivos en nuestro bienestar interior y, en consecuencia, en nuestra belleza exterior.
- Después de estos momentos de relajación, el organismo estará más predispuesto a cualquier estímulo. La idea es aprovechar este estado para sacar el máximo partido a todas las rutinas de belleza diarias, desde la buena alimentación o el descanso, hasta los productos de cuidado de la piel con características especiales.
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